Pastilas contra el síndrome pacto social en pdf
«Un oscuro sector de las fuerzas vivas, en lugar de comprender que el viejo apotegma marxista de la lucha de clases, había caído derrotado en los albores de este siglo; por el más humano y valiente de la colaboración, que permite mantener cordiales relaciones entre el Capital y el Trabajo bajo la regencia tutelar del Estado; se resistieron a todo llamado a la comprensión…»
Coronel Juan Domingo Perón.
Discurso radial comunicando la creación de la Sección especial de represión del comunismo.
(antes de las elecciones de 1946)
“…nosotros somos los que organizamos a los vecinos para defender a los comerciantes de los saqueadores…”
Esto, afirmaba la presidente argentina Fernández, frente a la corte de invitados especiales y burócratas “oficiales” desde un balcón interno de la casa de gobierno, hace apenas unas semanas, en cadena nacional de televisión. Mientras, con su habitual retorica neobonapartista justicialera posmoderna, aprovechaba para recordar con calificativos a –la izquierda– (“La izquierda” como una cosa que se pone en un lugar, en el lugar que mande el patrón) siempre despistada, violenta, odiosa, terrorista, etc., etc… (digamos como Mariano Ferreyra y Jorge Julio López, nunca “realista” como “los trabajadores” Gerardo Martinez o Momo Venegas.
Unos días después, el feriado del 38º aniversario del ultimo golpe de Estado, sirvió de marco para el lanzamiento de una política de colaboración entre las bases kirchneristas y el ejercito asesino. Hébe de Bonafini, (con evidentes trastornos en la medicación) en villa tachito, parada junto al pajarraco franchute Larrosqué, y su inspirado discurso sobre el “nuevo papel social del ejercito”, han provocado una desbandada sin antecedentes en la alianza hegemónica “dorregista” o “lopezregista” (según convenga llamarla, en cada ocasión).
Apenas unos días mas tarde, Fernández, es decir la misma persona, (o quizás un doble de riesgo, muy bien caracterizado ¿quien sabe?), aún ejerciendo el cargo de presidente del ejecutivo del gobierno burgués, decía:
“el gobierno -no tiene nada que ver- con los linchamientos…”
En fin… la política burguesa le ha entregado las calles a los comisarios de la maldita policía. Los árbitros de los ilícitos son los jueces y fiscales del sistema judicial, modelado por obra y gracia de un régimen de propiedad diseñado por las dictaduras del siglo XX. Es la narcocracia y la parapolítica. Los diputados y senadores aprovecharon el clima y se aumentaron el sueldo un 100%.
El poder burgués repite, entre lineas, para cualquiera que quiera interpretar… “Los problemas reales, no son asunto de la política”… “La única política es pagar la deuda ilegitima y saquear las cuentas del Estado”. Privatizar las ganancias y socializar las deudas. Al saqueo le llaman inversión, a la superexplotación, justicia social, a la parapolítica,“defensa de los derechos humanos” (sobretodo el principal derecho humano capitalista, a la propiedad privada). Toda su ingeniería ideológica se despliega post factum. Es la democracia extorsiva. Capaz de explicar los mitos para volver a inventarlos. Es el fascismo corporativo. Entonces ahora si; aquí está; con las manos en el cadáver de la presa… muertos en la pantalla, minuto a minuto, escuadrones de la muerte. Muertos sin nombre, “ajusticiados” por la patota pequeñoburguesa desesperada.
Lo que la propaganda ideológica oculta es que, este es el resultado de una política. La política en la que las economías dependientes financian a las metrópolis capitalistas. La política de Carlos Slim y Abal Medina Sociedad Anónima. La política de Monsanto y Rockefeller, socios del gobierno burgués del Estado, que por supuesto, no es, y nunca fue, el gobierno de ¡los cuarenta millones de Argentinos! sino el gobierno de los dueños de la Argentina, apéndice de la plutocracia transnacional global. ¡Aquí lo tienen!… en toda su dimensión, en horario central, es el Fascismo del siglo XXI. Ahora, ¿que dicen ahora, los que bromeaban acerca del Socialismo del siglo XXI ? Balbucean moralina del 900, al estilo Ortega y Gasset… hablan y mastican asuntos sobre la masa (que no son “las masas”) y la turba… y los valores, (el precio del dólar en realidad) Pero no. No se trata de “la violencia”: se trata de la rentabilidad. ¡El capitalismo serio! Se trata de la propiedad privada a cualquier precio
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Entonces, una vez más, reiteramos ante la historia y de cara a nuestro pueblo: nosotros conocemos bien el cuento de Robin Hood, y el de la Caperuza Roja, el del Cristo y el de Espartaco. Conocemos la historia de las luchas de nuestro pueblo. Nosotros tenemos confianza en la dignidad y el valor de nuestros hermanos, los anónimos forjadores de la patria. Nosotros odiamos la injusticia, por eso odiamos a los que la provocan, y a los que la explican cual si fueran meteorólogos sociales, para justificarla. Decimos que solo quien conoce el verdadero amor, es capaz de usar el odio a la desigualdad, a la brutalidad y al terror, como un catalizador de la conciencia.
Decimos: somos nosotros, las victimas… los hijos del pueblo, los militantes revolucionarios del pueblo; los que no tenemos nada que ver con los linchamientos, ni con los comisarios a sueldo de la política. Ni con el gobierno nacional, ni con los fascistas, dueños de los canales de tv, de las plantas automotrices y de las cadenas de supermercados.
Nosotros los socialistas de Carlos Marx, que vivió y murió antes de que la electricidad y las tecnologías que la técnica y la electrónica pusieron al servicio de la industria moderna, fuesen un fenómeno habitual. Nosotros los compatriotas de Ernesto Guevara, que nunca tuvo a su disposición una computadora personal o un teléfono satelital. Nosotros que sabemos que el pensamiento de nuestros queridos camaradas, sin embargo, sigue latiendo, construyendo trincheras de principios, de sueños y de sonrisas. Luchando por conquistar el corazón de los humildes de la patria. Luchando por la liberación de la condición humana. Nosotros, los únicos actores sociales y políticos que no tenemos vinculo, ni compromiso con los asesinos y ladrones de la política y la historia Argentina. Nosotros los únicos actores sociales que convocamos a la participación y la organización de las mayorías, de abajo hacia arriba. De lo pequeño a lo grande. Imaginamos lo singular en el plural. Sabemos. Podemos vencer, porque sabemos convencer. Somos Nosotros, los que nunca tuvimos nada que ver con Ellos.
A pesar del ruido, y los silencios. De la geografía y las ausencias. De la calumnia y la tortura. Ese murmullo señores, somos nosotros. El ruido de la calle. La memoria del tiempo. Somos nosotros. Los odiamos. Los odiamos por instinto, como se odia el desamor y los terremotos.
“…Es decir, es un gobierno débil que aplica la línea del GAN y del imperialismo, que pierde la iniciativa política y que está siendo controlado cada vez más estrechamente por los militares. [el partido militar] La impresión que se tiene es que los militares [el partido militarléaseMacri+Ucede+Franja Morada+variantes peronistas provinciales+maldita policía+narcojusticia] pueden reemplazarlo en cualquier momento, sin problemas, estando ya en condiciones de tomar la dirección de la lucha contra la revolución. Han logrado en cierta medida algunos de los objetivos estratégicos del GAN, como el de ganar tiempo y reorganizarse, colocando al frente a otros sectores de la burguesía, al peronismo e ir preparándose para intentar luego engañar a las masas con un golpe de tinte populista. [Massera fue designado por Perón, pertenecían a la misma organización mafiosa, conocida como logia P2]
En cuanto a la situación de las masas, se nota que en amplios sectores de la vanguardia ya hay una claridad completa sobre la postura y orientación del gobierno peronista. Las ilusiones políticas, la posibilidad de mejoras para las masas a través de una salida económica burguesa, todo lo que influyó negativamente en amplios sectores de la vanguardia, llevándola a apoyar el intento populista peronista, ha caído completamente en el descreimiento. Los escasos sectores que se empeñan en mantener posiciones en ese sentido, se están desprestigiando día a día y no influyen a la vanguardia. También cunde el descontento en amplios sectores de las masas con respecto al gobierno y sólo los sectores más atrasados tienen ciertas esperanzas de que se puede estar un poco mejor con Perón, no esperando una revolución, pero al menos el mejoramiento de sus condiciones de vida.”
M. R. Santucho – “Resoluciones del C.C. ”El Combatiente nº 105, miércoles 30 de enero de 1974
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