(La Nación)

Los soldados esquivaron los charcos de agua oscura y se reunieron armando un círculo, como un equipo que está a punto de salir a la cancha . Sus inconfundibles uniformes verde oliva sobresalían sobre el fondo naranja formado por la sucesión de casas sin revoque. En el silencio de una calle despoblada escucharon con atención la arenga final.
«Estamos muy agradecidos por la voluntad y el compromiso del Ejército de ponerse al servicio de la gente de nuestros barrios.» Las palabras de aliento no se las dio un superior jerárquico, sino Andrés «el Cuervo» Larroque, secretario general de La Cámpora. Junto con la agrupación creada por Máximo Kirchner y con las Madres de Plaza de Mayo, el Ejército empezó ayer el trabajo de ayuda social en La Carbonilla, una villa de La Paternal.
Desde principios de año, efectivos de esa fuerza desarrollan actividades similares en Florencio Varela. Pero ésta es la primera vez que las tareas se despliegan en la Capital Federal.
«Es la puesta en marcha de un trabajo mancomunado entre las Madres, la militancia, el Ejército y otros organismos del Estado», explicó a LA NACIÓN el secretario general de La Cámpora.
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